La disrupción ya no es una rara avis: con diferentes intensidades y velocidades, todas las industrias están experimentando cambios drásticos y transformaciones revolucionarias.
En este contexto, la digitalización alcanza al universo de las aseguradoras y las obliga a centrarse más en el cliente, en brindar mejores experiencias, en eliminar papeleos o formularios innecesarios y en construir productos y servicios más personalizados y acordes con las necesidades de cada uno. Por eso, en los últimos tiempos hemos visto esfuerzos crecientes por salir de sistemas heredados y adoptar sistemas world class como SAP for Insurance, para modernizar aplicaciones obsoletas y abrir canales digitales con una plataforma flexible y escalable.
Las insurtech, startups impulsadas por las nuevas tecnologías que se enfocan en servicios relacionados con el mundo de las aseguradoras, agregan presión: en general proponen prestaciones concretas que se resuelven con unos pocos clics.
La era de la coopetición
Lejos de considerarlas una amenaza, las aseguradoras pueden hacer un cambio de mindset hacia un modelo colaborativo y generar ecosistemas en los que tanto pueden ofrecer su capilaridad para llevar los productos de la insurtech a sus propios clientes como entregar elementos de su motor de negocios para que estos emprendimientos puedan ofrecer valor agregado desde ahí.
La consultora Gartner define el Open Banking como “una estrategia basada en plataformas que habilitan nuevos modelos de negocio y ecosistemas de relacionamiento con el potencial de transformar la industria financiera”. Con unos pocos cambios, podemos elaborar una definición similar para Open Insurance.
En este esquema ganan protagonismo las API (siglas en inglés por Application Programming Interface, interfaz de programación de aplicaciones): piezas de software que permiten exponer los productos y servicios de un sistema para que se comuniquen y estén disponible para su uso en otros. De hecho, cualquier desarrollador que esté creando una aplicación de cualquier tipo tiene la posibilidad de integrar estos elementos de manera fácil y sencilla.
Beneficios asegurados
Los beneficios de este modelo son múltiples. Desde el punto de vista de la rentabilidad, las API generan nuevas vías de monetización, ya que si la aseguradora las provee a terceros (por ejemplo, una base de clientes con un determinado perfil para que un banco les ofrezca un tipo especial de inversión o que un marketplace les acerque una promoción en particular) les puede cobrar a estos por uso o por suscripción, mientras que si la contrata a una insurtech puede recargar a sus clientes un extra por el nuevo servicio.
Desde el punto de vista del cliente, se le brinda un servicio más completo y personalizado, lo que redunda en una mejor experiencia general y en un mayor nivel de compromiso y fidelidad.
En términos de time-to-market, es una manera de entregar nuevos productos y servicios de manera ágil y en la medida en que un mercado que cambia de manera cada vez más acelerada los requiere.
El desafío de los datos
Las API pueden incluso traer beneficios dentro de la misma organización, en especial en esas aseguradoras tradicionales que suelen tratar cada línea de negocio como un silo: es la vía para garantizar un trato coherente, consistente y uniforme a aquellos clientes que contratan múltiples seguros o para fomentar las ventas cruzadas.
Por supuesto, este modelo también implica nuevos desafíos. En primer lugar, cambia la dinámica en el uso de los datos, ya que su uso no se restringe a la empresa que los recolectó, sino también a las que forman parte de su ecosistema. Se debe atender con sumo cuidado todo lo relacionado con el cumplimiento regulatorio de protección de la información y de uso de datos.
Las API pueden verse como un puente para mejorar la oferta de productos y servicios, cambiar el modelo competitivo por uno coopetitivo (competencia colaborativa) y satisfacer un cliente cada vez más digital y amante de la innovación.