La transformación digital llegó a las aseguradoras en formato de sacudón. La pandemia por COVID-19 aceleró decisiones que venían demorándose en una industria que de todas formas avanzaba hacia un cambio inevitable: la aparición de las insurtech generó disrupciones y motivó a las empresas a pensar nuevas estrategias innovadoras, el consumidor inserto en la economía de la experiencia se volvió más exigente y busca resolver todos sus problemas con unos clics, a la vez que los datos ganaron el centro de la escena para darle la carta ganadora a las empresas capaces de extraer a partir de ellos valor para el negocio.
En este nuevo contexto, las aseguradoras se encuentran ante un cuádruple desafío: poner al cliente en el centro de sus operaciones, conformar ecosistemas en el mercado para establecer modelos de negocios más colaborativos y abiertos (como open insurance), cumplir con las regulaciones vigentes y, además de todo lo anterior, desplegar una estrategia sustentable. Este último es un eje que abarca a todas las empresas de todas las industrias y de todos los tamaños: hoy los clientes, los inversores y el talento eligen las empresas más responsables. Según la última edición del Trust Barometer elaborado por la consultora Edelman, el 56% de los usuarios opta por marcas que sean compatibles con sus valores, cifra que crece al 58% entre quienes eligen un lugar para trabajar. Todos estos retos quedan encuadrados en una estrategia de transformación digital.
La aparición de herramientas como Rise with SAP allanan el camino: permiten a cada organización avanzar hacia un modelo de empresa inteligente a su propio ritmo, evitando frustraciones, proyectos inacabados o inversiones infinitas que caen en la nada. Las aseguradoras pueden digitalizar su negocio paso a paso, experimentar nuevas tecnologías con bajo riesgo y subir escalones a medida que aparecen los resultados. El rol de un socio tecnológico que acompañe este proceso de crecimiento es clave para llegar a buen puerto.
La importancia del CFO en el proyecto
El CFO o responsable de finanzas juega un rol fundamental como habilitador del proceso de transformación digital y del éxito del proyecto, en especial en lo que hace a las dos fuentes de valor que este tipo de iniciativas provee a las empresas aseguradoras: la creación de nuevas capacidades de negocio para lanzar propuestas diferenciales al mercado y la disminución del riesgo.
Es que, por un lado, es quien puede aportar información sobre cómo las nuevas herramientas permitirán incorporar mejores prácticas de la industria para crear nuevas fuentes de ingresos y maximizar las existentes, mejorar la eficiencia de los activos, incrementar la productividad y hasta potenciar el funcionamiento sostenible de la organización, elemento que, como ya se mencionó, repercute también en el fondeo de la empresa: el mismo Trust Barometer estima que el 88% de los stakeholders exigen que las empresas rindan cuentas y consideran que los factores ESG son tan importantes como los aspectos operativos y financieros de un negocio.
También puede analizar las vías para reducir los costos asociados a IT y de qué manera afectaría el nuevo panorama luego de la transformación, incluyendo por ejemplo migraciones a la nube o la simplificación de consumo de nuevas tecnologías a través de estructuras de “experiencias como servicio”.
Un CFO activo durante el proceso de transformación digital de una aseguradora no solo incrementa las probabilidades de éxito del proyecto e impulsa los mecanismos para garantizar la resiliencia operativa, sino que también produce numerosos beneficios para el negocio, que impactan directamente en su área: desde aspectos básicos, como un control financiero exhaustivo y la posibilidad de hacer estimaciones en base a datos a partir del uso de herramientas analíticas, hasta análisis de riesgo de altísima precisión y en tiempo real gracias a herramientas de machine learning e inteligencia artificial.
Así, el CFO debe estar presente de punta a punta en el proyecto de transformación digital de una aseguradora: para sentar las bases del éxito de la iniciativa al principio y para disfrutar luego de los consecuentes beneficios de unas finanzas corporativas perfectamente saludables.